20 mar 2010

Atopía

El CCCB (Barcelona) acoge hasta el 24 de mayo la muestra Atopía. Arte y ciudad en el siglo XXI. La muestra, es la primera que el centro dedica al arte contemporáneo y ha sido comisariada por el director del CCCB, Josep Ramoneda y el comisario y crítico de arte, Iván de la Nuez.

ATOPÍA es el sentimiento de malestar del individuo frente a la ciudad del presente la cual no representa, en ningún caso, el paraíso soñado o prometido que nos ofrece la utopía. La exposición trata precisamente de este malestar, de la incomodidad entre la ciudad que sí existe y el individuo. De la tensión entre una ciudad que se individualiza –se convierte en un ente con vida propia, más allá de naciones, países, estados- y de un individuo que se masifica.

La agonía del individuo universal que sobrevive y su resistencia frente a la apoteosis urbana es la que se muestra en la exposición a través de 168 obras (pintura, escultura, fotografía, vídeo e instalaciones) de un total de 41 artistas contemporáneos que plasman esta tensión entre el individuo y la ciudad centrándose en una urbe que pierde sus funciones como espacio de encuentro y realización para convertirse en un espacio de pérdida y fracaso.

La muestra se divide en cuatro ámbitos:

1. La ciudad vs. el habitante.

Describe la tensión entre el artista/individuo y la ciudad. Presenta a sujetos que todavía lidian con el hecho urbano, bien porque repiten las rutinas urbanas hasta la extenuación, bien porque buscan evasiones en las alcantarillas de la vida contemporánea.

Los artistas presentes en este ámbito son: Anothermountainman / Loulou Cherinet / Tim Eitel / Carey Young / Emeka Okereke / Mona Vatamanu & Florin Tudor / George Osodi / Andreas Gursky. En el espacio de transición al siguiente ámbito el artista representado es Carlos Irijalba.

2. La ciudad sin habitante

Eso que continuamos llamamos “la ciudad”, ha desembocado en lo que muy bien podría comprenderse como una entidad poscapital, en el doble sentido de este concepto. En parte, por alusión al hundimiento de su antigua función de representación (la ciudad como capital de un país, un Estado, una nación, una comunidad) y, por otra parte, en el sentido de su ubicación en el poscapitalismo, en un tiempo en el cual los hechos urbanos vienen marcados por nuevas economías en las que ritmo del capital, como sucede con la música electrónica, en lugar de producirse se programa.

Esa ciudad posterior y abstracta, abandonada a sí misma, es la ciudad que pudiéramos nombrar atopía. Espacios que no se convierten en lugares concretos pero que tampoco podemos considerar utópicos. Han quedado detrás de nuestra experiencia y, si ya no parece posible que regresemos a ellos, tampoco se nos dibujan, como una meta, en el firmamento.

De algún modo, en la ilusión de un especulador debe estar alojada la fantasía de imaginarse operando en la ciudad vacía; disponer de ella sin los seres ni sus tramas. Algo de esa fantasía perversa aparece en este capítulo. Un mundo fantasma; una after city que ha decretado la victoria del urbanita sobre el ciudadano, de la multitud sobre la comunidad, del vacío sobre la soledad, de la expulsión sobre la acogida.

Aquí los artistas presentes son: Nuno Cera / Baltazar Torres / Montserrat Soto / Carlos Garaicoa / James Casebere / Tiffany Chung / Dionisio González. En el espacio de transición aparece Sergio Belinchón.

3. El habitante sin la ciudad

Aún en las más descomunales megalópolis —incluso, más en ellas que en ningún otro lugar— esta era de la superpoblación es la que ha producido más solitarios. Esa es la razón por la cual, en algunas ocasiones, los sujetos que aparecen en esta trama estén como petrificados, convertidos en seres mecánicos; auténticos sonámbulos.

¿Qué se esconde detrás del rostro desaparecido? Un cuerpo que se escinde entre los límites que se le imponen y las pulsiones que se le niegan hasta el punto de perder sus señas más características. Entre otras cosas, porque hoy las señas son motor de exclusión, de separación y de marginación. Querían ser diferentes y sólo son admitidos como indiferentes, una ciudad de actores sin rostro, en que sólo el poder tenga cara. Es la mayor utopía que el que tiene poder puede soñar: que cuando mire al otro le vea sin rostro. Es decir, sin respuesta.

Los artistas presentes son: Dana Schutz / Adrian Paci / Philip-Lorca diCorcia / Enrique Marty / Oleg Dou / Erwin Olaf / Douglas Gordon / Evan Penny / Vanessa Beecroft / Lawrence Lemaoana / Hicham Benohoud / Ákos Birkás / Gino Rubert / Erwin Wurm. En el espacio de transición: José Antonio Hernández-Díez.

4. Apoteosis urbana

La ciudad como espacio posible; acaso lo único de identidad que nos queda. Aquí hay artistas que tienen una mirada lúdica sobre la ciudad, pero en ningún caso frívola, o al menos no del todo. La fiesta, la nocturnidad, los nuevos espacios, los grafiteros y la frivolidad cuyo desasosiego y tensión pasan por la fiesta y el ruido, la violencia y la indolencia, la basura y la opulencia.

Los artistas que aparecen son: Alexander Apóstol / Rafael Lozano-Hemmer / Pedro Vizcaino / AES+F / David LaChapelle / Daniel Canogar / Rogelio López Cuenca & Elo Vega.

Como curiosidad, la muestra no tiene textos de acompañamiento, porque en palabras de Josep Ramoneda, 'ha habido un exceso de explicaciones en el arte contemporáneo'.

Os dejo con un vídeo con diferentes obras de la muestra:


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